viernes, 7 de noviembre de 2014

¡estoy loca de amor!

Descubrí que no soy disciplinada por virtud, si no como reacción contra mi negligencia,
que parezco generosa por encubrir mi mezquindad,
que me paso de prudente por mal pensada,
que soy conciliadora para no sucumbir a mis cóleras reprimidas,
que soy puntual solo para que no se sepa cuan poco me importa el tiempo ajeno,
Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma, sino un signo del zodiaco,
me volví otra, trate de releer los clásicos que me orientaron en la infancia y no pude con ellos,
me sumergí en las letras románticas que repudie cuando mi madre quiso imponermelas con mano dura y por ellas tome consciencia de que la fuerza invencible que ha impulsado al mundo no son los amores felices, sino los contrariados,
cuando mis gustos en música hicieron crisis, me descubrí atrasada y perdida, y abrí mi corazón a las delicias del azar.
Me pregunto, ¿como pude sucumbir en este vértigo perpetuo que yo mismo he provocado y temido? flotaba entre nubes erráticas y hablaba conmigo misma frente al espejo, con la buena ilusión de averiguar quien soy, era tal mi desvarió, que en una manifestación estudiantil con piedras y botellas tuviera que sacar las fuerzas de flaqueza para no ponerme en frente con un letrero que consagrara mi verdad ¡estoy loca de amor!
obnubilada por la vocación inclemente de su cuerpo desnudo, cambie sin la menor malicia el espíritu
de mis notas, sea cual sea el asunto, las escribo para el, las río y las lloro para el... y en cada palabra se me va la vida.

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